Gonzalo se derrumba al reconocer que tenía esperanzas de volver con Susana

Gonzalo Montoya, tras su reencuentro con Susana: "Tenía una mínima esperanza"
  • Tras esto, un testigo llamaba a ‘Sálvame’ y aseguraba que Gonzalo había sido infiel a Susana

Gonzalo se desnudó por completo en el último debate de 'La isla de las tentaciones' donde se reencontró con Susana y habló sin tapujos de sus sentimientos.

Ayer por la tarde, Gonzalo visitaba 'Sálvame' para hablar de cómo había vivido la noche del debate: "Estaba muy volcado, hablaba mi corazón, todo fluyó". Y así lo notamos los espectadores, quienes vimos a un Gonzalo completamente roto.

También aprovechó su visita a 'Sálvame' para hablar de Susana, reconociendo que "ella ya no está enamorada de él". Gonzalo ha agradecido la actitud que su ex pareja ha mantenido en todo momento, estando en la distancia para "no darle esperanzas". Tan solo le envió un mensaje cuando murió su abuela.

El que fue pareja de Susana quiso dar un paso más confesándose por completo y reconocía que, cuando la volvió a ver, "albergaba una mínima esperanza de volver con ella". Sin embargo, no fue así, y las palabras que le dedicó Susana en el debate fueron muy duras: "En el momento en el que dijo que no me había echado de menos fue un dardo al corazón", reconocía un Gonzalo destrozado.

Un testigo acusa a Gonzalo de serle infiel a Susana: "De mí no vas a sacar ni un duro"

Aunque del llanto, Gonzalo consiguió pasar a la risa. El motivo de sus carcajadas fue Rubén Ruis, un chico que llamaba al programa afirmando que Gonzalo había sido infiel a Susana. El aludido no podía hacer otra cosa que reírse, pues estaba completamente seguro de que esa información era mentira.

"Ve llamando a Cofidis porque de mí no vas a sacar ni un duro", le decía Gonzalo. Pero Rubén seguía empeñado en contar su versión. Según él, coincidió con Gonzalo en un programa de TV hace muchos años. Durante la grabación del mismo, fueron a una discoteca en Salou, donde Gonzalo le fue infiel a Susana.

Rubén parecía no tener demasiada credibilidad, pues ningún colaborador le estaba tomando en serio. Pero el ataque de risa definitivo llegó cuando Rubén dio un paso más en su relato: "Hubo intimidades en los baños de esa discoteca. Yo le llevé los profilácticos a Gonzalo al baño".

Los colaboradores se reían, y Gonzalo, alucinado, aseguraba que Rubén "le estaba dando vergüenza ajena".