La música de fondo ya vaticinaba que el show no iba a ser precisamente divertido. Estela llegaba acompañada de una muñeca y de Raimundita, una amiga especial a la que "los mayores no pueden ver".
Con la ayuda de su padre y del espíritu de esa niña, Estela realizó un truco de magia en el que lo que menos importó fue la magia, pues el plató se llenó de un halo de misterio y terror. "Quítese las gafas, a Raimundita le gusta ver los ojos de la gente a la que atormenta", llegó a decirle a Risto Mejide.
Aterrorizada, Paz Padilla acabó huyendo de la mesa, y mezclándose entre el público. Risto consiguió que volviera pero acabó espantada de nuevo cuando Estela confesó que Raimundita exisitó de verdad.