A todos les ha extrañado un poco el atuendo de Barranco, no entendían por qué no se había puesto el pijama (¿suele dormir con chándal, gorra y zapatillas?). Todo parecía perfecto hasta que Violeta y Barranco intercambiaron sus primeras palabras, y ahí se lio la cosa. Las pullitas no pararon entre los dos.