'Lorca, un año después', en 'Conexión Samanta'

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A falta de cuatro días para que se cumpla el aniversario del terremoto de Lorca que causó nueve muertos, centenares de heridos e innumerables daños materiales, en la ciudad murciana hay 10.000 personas que aún no han podido regresar a sus casas. Muchos edificios de la localidad han sido derribados y más de 160 se encuentran totalmente apuntalados. Mientras, los vecinos se preguntan por qué no ha llegado aún la totalidad de las ayudas económicas prometidas para los damnificados. Samanta Villar acompaña a los protagonistas directos de la catástrofe para conocer cuál es el estado de sus barrios, casas y establecimientos y mostrar cómo tienen que hacer frente a las secuelas del seísmo, en 'Lorca, un año después'

En este reportaje, la periodista conoce la historia de varias familias que se sienten "abandonadas y dejadas de la mano de Dios" por el Gobierno Central y la Comunidad Autónoma de Murcia. Personas que lo han perdido todo y cuyas vidas han estado marcadas por el terremoto. "Así vive la gente en Lorca, entre puntales. Esto es una desolación, es una paradoja que no haya ni una sola grúa cuando esto debería ser el paraíso de la construcción", asegura José Alberto, un vecino que perdió su casa, situada en barrio de "La Viña", una de las zonas más afectadas de la ciudad. "Desde que pasó el terremoto no hay signos de que esto pueda ir para adelante”, afirma ante las cámaras de 'Conexión Samanta'.

En más de 160 edificios de Lorca no se puede vivir debido al peligro de que se derrumben en cualquier momento. La mayoría de los inmuebles se encuentran totalmente apuntalados, pero “lo peor es que todavía hay muchos vecinos que no tienen derecho a las ayudas porque sus expedientes aún no se han resuelto”, subraya José Alberto.

De los 30 millones de euros de ayudas prometidas sólo han llegado tres millones

Las ayudas públicas que debían impulsar la reconstrucción de la ciudad todavía no se han hecho efectivas para todos los afectados. De los 30 millones de euros prometidos por el Gobierno Central y la Comunidad Autónoma de Murcia, sólo se han recibido tres millones de euros. Los damnificados no salen de su asombro ante esta situación de desamparo y se preguntan dónde está el dinero que les habían prometido. Sin embargo, sí se están rehabilitando instalaciones municipales con el presupuesto municipal y monumentos gracias a donativos privados.

La periodista entrevista al Alcalde de Lorca, Francisco Jódar, quien asegura que esta situación se debe a unos problemas en los procesos burocráticos que ya han sido solucionados y señala que el dinero “llegará en unas semanas”. “El terremoto ha durado cuatro segundos y necesitamos un año por cada segundo para que Lorca vuelva a ser lo que era”, afirma. Samanta Villar, por su parte, pregunta al alcalde: “¿Usted cree que la gente va a estar contenta cuando sepa que el polideportivo lo están reconstruyendo antes que la casas?".

Mientras, muchos de los afectados tienen que seguir pagando la hipoteca de una vivienda en la que no pueden vivir y, además, hacer frente al alquiler de la residencia en la que viven desde que se produjo el terremoto. "Me he quedado sin recuerdos, sin las fotos de mis hijos de pequeños, no tengo nada", señala Juan Pedro, un hombre de 54 años que se quedó sin casa por culpa del seísmo y que ahora vive en un apartamento de 60 metros cuadrados junto a su mujer y sus tres hijos.

"Me siento una privilegiada de poder estar aquí"

En esta nueva entrega del programa, Samanta Villar muestra la historia de Mari. Una cornisa de 19 metros cayó encima de su pierna derecha y tuvieron que amputársela. "La gente cuando me ve, dice: 'Pobrecita'. Pero yo digo que pobrecito es el que ya no esté, porque yo me siento una privilegiada de poder estar aquí", asegura.

El terremoto ha supuesto un cambio radical en su vida. Desde entonces no puede trabajar y Antonio, su marido, ha tenido que dejar su trabajo para poder ocuparse de ella y de sus hijos. "Es algo que no se olvida nunca, pero intentas pasar un poco porque si viviera siempre pensando en esto nunca lo superaría", añade. Después de un año, Mari sigue esperando que llegue la resolución del Tribunal Médico que le permita acceder a las ayudas previstas para los damnificados de una catástrofe de este tipo.

Los afectados tratan de volver a la normalidad

Otro caso es el de Sonia, la madre de la víctima más joven del seísmo, que se atreve a contar por primera vez a un medio de comunicación lo que pasó ese día. Estaba con su hijo Raúl en el momento del terremoto en el que se le cayeron unos escombros encima. "Mi pequeño ha estado siempre conmigo, tenía 13 años y dormía todavía conmigo, estaba muy unido a mí", recuerda Sonia ante las cámaras del programa, al tiempo que se muestra optimista ante lo ocurrido. "Sólo pido que, esté dónde esté, esté mejor que aquí", apunta.

Pero su familia no sólo ha perdido al niño fallecido: María, la tía de Raúl, no sabe qué va a pasar con su negocio, un restaurante familiar del que vivían diez personas y que actualmente sigue cerrado desde el día de la catástrofe. "¿Cómo es posible que un año después aún no sepamos si lo van a tirar o lo van a rehabilitar?", asegura.