Pekín, del comunismo atroz al capitalismo

Pekín, del comunismo atroz al capitalismo

Para él, ir cada mañana a trabajar es una odisea de coches cruzados, bicicletas, semáforos que parecen una parrilla de salida de la Fórmula Uno.... Cinco millones de coches colapsan a diario sus calles para ofrecer un denso y nebuloso panorama en la ciudad. Por eso el Gobierno chino dicta normas estrictas: solo permite un coche en propiedad por persona, y las matrículas están limitadas y se adjudican por sorteo.