Un barrio como otro cualquiera

Un barrio como otro cualquiera

“En algo hay que invertir para matar el tiempo”, afirma tras haberse quedado parada y a la espera de que su marido, a quien lleva ropa al centro penitenciario, salga de prisión. “No he leído la sentencia, pero está entre rejas porque la tienen tomada con él, no es ningún delincuente”, asegura.